La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato
más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente
en el sector privado conmemora este 1º de Mayo con sentimientos cruzados de
dolor, orgullo y reivindicación, ante la situación extraordinaria que vivimos
por la pandemia de COVID-19 que azota a nuestro planeta y en particular a
España, sin duda el país más afectado en relación al número de ciudadanos.
CSIF afronta este 1º de Mayo
desde la reivindicación, como corresponde a una organización sindical que
defiende a trabajadoras y trabajadores desde la independencia; reclamando
garantías para la seguridad, la salud, la economía, la protección social; y
exigiendo responsabilidades a los responsables de la gestión de esta crisis. Porque es nuestra obligación. Porque CSIF Sí te
Protege y te defiende.
Desde el minuto uno de esta
crisis, CSIF reclamó diversas medidas, como medios de protección,
garantías de seguridad laboral, medidas estrictas de confinamiento, incluso que
se decretara el estado de alarma y el cierre de fronteras días antes de que lo
hiciera el Gobierno.
Pero hemos visto que, a la
falta de provisión de mascarillas, guantes, y otros EPI (pese a que la OMS
pidió a todos los países que hicieran acopio de material para afrontar la
pandemia), se suma una ineficacia en la gestión, como hemos visto por ejemplo
con la compra y distribución de test inservibles y mascarillas ‘fake’ que
destapó CSIF. No hay derecho que seamos el país del mundo con el mayor
número de profesionales de la sanidad infectados.
Por eso, fuimos la primera
organización que presentó una denuncia ante el Tribunal Supremo contra el
Gobierno por la alta tasa de contagios del personal sanitario debido a la falta
de protección para garantizar su seguridad y salud en sus puestos de trabajo.
Esta denuncia será ampliada con la
nueva información que estamos recabando, tras el reparto de mascarillas
defectuosas del Gobierno y el aval de este a la compra de EPI sin sello
europeo.
Además, CSIF ha pedido
cuentas a las diferentes administraciones, independientemente de su color
político, ante los tribunales y a la inspección de trabajo, velando por los
intereses de los trabajadores/as, como hicimos en anteriores crisis como la del
ébola. En las próximas fechas, prepararemos también miles de reclamaciones a
la Seguridad Social para compensar el contagio por COVID-19 de trabajadores/as
por falta de protección.
CRISIS ECONÓMICA
La crisis
sanitaria, se mezcla con una inevitable crisis económica que ha provocado
multitud de Expedientes de Regulación de Empleo Temporales, ligados a la
imposibilidad legal de apertura de establecimiento y prestación normal de la
actividad productiva.
Desde CSIF
Empresa Privada, reivindicamos que el peso de la crisis no recaiga
exclusivamente sobre las espaldas de los trabajadores/as y desde aquí ya
decimos: no “al cierre de centros de trabajo”, “no a los despidos”, sí a centrar el debate en España
sobre el desempleo como principal problema estructural, con un acuerdo de
Estado con representación de TODAS las opciones sindicales de España para
acabar con la lacra del desempleo. Urge una reestructuración del modelo
productivo español, para caminar hacia otro que se apoye en empresas más
competitivas en el ámbito internacional, base de un crecimiento a largo plazo,
sostenible y equilibrado.
CSIF
también trabajará por un pacto de Estado en favor de la reconstrucción, que
cuente con el sector público como base para la creación de empleo de calidad y
reforzando sectores estratégicos de nuestro Estado del Bienestar y en general
de las administraciones públicas (Sanidad, AGE, Seguridad Social, SEPE, Educación, Justicia,
Investigación, Fomento, Medio Ambiente, seguridad…) para tirar del carro de la
economía y forjar un nuevo modelo más sostenible.
En este
sentido realizaremos nuestras aportaciones en la comisión constituida para tal
fin en el Congreso de los Diputados y exigimos al Gobierno que abra la
participación y el diálogo a CSIF, como tercera organización sindical de este
país. No puede ser
que por una Ley Sindical obsoleta y que debemos reformar, se esté quitando voz
a otras organizaciones que somos tan legítimas como los sindicatos de clase. La
sociedad española es mucho más plural y exigimos abrir la participación
sindical frente a otras organizaciones que, pese a ser mayoritarias, han tenido
un papel más que discreto en las denuncias contra la gestión de la crisis.
Ahora,
centrados en el presente miramos también al futuro del trabajo que nos depara
esta pandemia. Nos encontramos ante importantes desafíos con la
reanudación de la actividad laboral, nuevas formas de trabajo, adaptación de
puestos de trabajo, inclusión de prácticas seguras, dotación de epis
suficientes, etc. para lo que empresas, administraciones y organizaciones
sindicales hemos de coordinarnos y mantener un diálogo social permanente. Solo
así, se conseguirán adecuadas políticas preventivas ajustadas a la nueva
situación e integrarse con efectividad.
De momento,
hemos visto que, en la Administración General del Estado, un ámbito que debería
ser ejemplar, el Gobierno ha previsto la vuelta al trabajo sin garantizar test
ni medidas de protección adecuadas. Vuelven a equivocarse.
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